“Women or Nothing”…más bien nada…con mujeres

La comedia “Mujeres o nada” del dramaturgo né cineasta Ethan Coen tiene sus momentos cómicos, debido principalmente a la actuación de la esbelta señora Deborah Rush en el papel de Dorene, madre de una de las dos mujeres del título. En el estilo de las típicas rubias tontas, hecho famosas en la televisión o en el cine, la Señorita Rush pronuncia sus diálogos…y principalmente sus palabras… con precisión como si cada sílaba valiera oro, dándole reverencia a cada letra, cada vocal, cada consonante; esta exactitud vocal de parte de la actriz incita risas, pero no encubre por nada la superficialidad de lo que está diciendo…éste es el gran problema de la obra del Sr. Coen, quien, en recientes años, ha comenzado a escribir para el teatro, sin resultados muy exitosos.

Además de Dorene (la Señora Rush) las mujeres de la obra son su hija Laura (Susan Pourfar), pianista de música clásica, y su pareja, la abogada Gretchen (Halley Feiffer); las dos mujeres viven cómodamente en un típico Thpersonales, retratos grandes y mil monerías que indican no solo su alto nivel social sino también su preferencia sexual. Parece que lo tienen todo, menos un hijo. Entra el afable Chuck (Robert Beitzel), abogado en el bufete donde trabaja Gretchen, que ésta había escogido para donarles a las dos mujeres su esperma sin que él no lo sepa. El confiado hombre se cae en la trampa preparada por su colega y responde a los avances sexuales de la pianista, quien está sola en el apartamento cuando el ingenuo Chuck aparece para entregarle unos papeles a la abogada.

La mañana después, cuando Laura ya se ha dado cuenta de lo que ella y su pareja habían hecho…y cuando Chuck entiende los motivos de ambas mujeres, se siente no solo el remordimiento de aquélla sino también la desilusión de éste, pero según el dramaturgo, el hombre no figura en la ecuación, son las mujeres…o nada.

“Women or Nothing” en cartelera en el Atlantic Theatre Company, 336 de la calle 20 oeste, Nueva York hasta el seis de octubre.