“HARRY CLARKE” es encantador…
y la obra lo es también
El conocido actor de cine Billy Cruddup actualmente está demostrando sus amplios talentos para su arte en la obra, “Harry Clarke,” en la cual él interpreta a Phillip Brugglestein y su alter ego Harry Clarke. Cruddup es fenomenal en el papel del hombre que, como dice, no es nada especial, pero cuando adopta la identidad y el marcado acento británico, es otro…interesante, encantador…casi sin temores. Desde los diez años, el joven Phillip ha actuado así…principalmente para escapar del padre cruel y también para liberar el espíritu libre escondido dentro de su ser.
Un día Harry, quien vive en Nueva York, ve a un hombre cualquier en la calle y decide seguirlo. El señor eventualmente llega a una conocida pastelería y Harry lo sigue. Cuando el hombre recibe una llamada de una mujer, nuestro héroe escucha la conversación airada entre el desconocido y una mujer llamada Sabine. Clarke decide dejarlo sin pensar más en el hombre hasta que una noche Harry lo ve de nuevo en el teatro; aquél, interesado, se le acerca, lo saluda en su mejor acento inglés…y dice que Sabine los había presentado una vez.
Aunque de veras el hombre no se acuerda de Harry, da de creer que sí lo conoce y, acepta la invitación de cenar con Harry. Al pasar el tiempo, los dos desarrollan una amistad bastante íntima y Mark Schmidt, que así se llama el hombre, le revela verdades de su propia vida mientras Harry sigue mostrándole su falsa y fingida vida. La historia se complica aún más mientras los dos hombres experimentan con su amistad y su sexualidad y la supuesta confianza del uno hasta el otro. Poco a poco, Schmidt presenta a Harry a sus padres adinerados y a su hermana, pero después de un incidente sexual de experimentación entre los dos, provocado por una borrachera excesiva, Mark se separa de su antiguo amigo y, al pasar el tiempo, se casa. Por mucho que Phillip quisiera dejar a Harry en los más escondidos rincones de su ser, no lo puede y Harry sale a la superficie de nuevo.
Hay que ver esta obra antes de que Harry Clarke desaparezca de las tablas del Teatro Vineyard, 108 de la calle quince este, Nueva York. Funciones hasta el veintitrés de diciembre: últimas funciones: viernes, a las ocho; sábado, a las tres y las ocho; domingo, a las tres; miércoles, a las dos y las siete; jueves a las siete. Boletos que quedan: $120, disponibles en la taquilla del teatro o al 212-353-0303.