DOWNSTATE choca, incomoda, preocupa e irrita…pero vale oro
Una mirada difícil de presenciar a la pedofilia y sus víctimas
No es fácil quedarse tranquilo ni calmado al escuchar las palabras pronunciadas por los personajes creados por Bruce Norris, el dramaturgo cuya obra Downstate estrenó recientemente en Playwrights Horizons de Nueva York. Según las notas en el programa, es “una tragedia americana” y, después de haber asistido a una función de la obra, estoy de acuerdo…es trágico para el pedófilo, su víctima y los seres queridos de ambos grupos. El título refiere al pueblo de Downstate en el estado de Illinois en el tiempo presente.
Los cuatro personajes… Fred (Francis Guinan), Dee (K Todd Freeman), Felix (Eddie Torres) y Gio (Glen Davis) están confinados en una casa de rehabilitación a cierta distancia de escuelas, negocios y otros lugares donde se encontrarán niños. Todos los verdugos ya han servido su sentencia en la cárcel y viven juntos pero aislados de los demás ciudadanos. Su agente de libertad condicional Ivy (la poderosa Susanna Guzmán) los visita una mañana para revisar su situación y para decirles que ya no podrán hacer sus compras en el supermercado cercano porque han extendido el límite de su confinamiento. Esa misma noche, llega Andy (Brian Hutchinson) para enfrentarse con Fred (Guinan) quien lo había violado años atrás y para decirle cómo sus acciones habían empeorado su vida. Acompañándolo está su mujer Em (Susanna Guzmán) quien atestigua acerca del infierno que Fred había causado para su esposo, su víctima; ella, más enojada y más vengativa que su esposo, insiste en que el malhechor Fred, ya viejo, admite sus acciones al firmar un testamento de culpa.
Uno por uno los tres otros asaltantes describen sus transgresiones de una manera muy apasionada, admitiendo su culpa, confesando su culpabilidad. Al llegar Andy una segunda vez…sin su mujer…él se pone violento, rompiendo una lámpara y echando cosas contra la pared; como colmo de su enojo, él empuja a su abusador quien cae de su silla de ruedas al piso. Las emociones airadas surgen pero esto no es lo peor que sucede en el segundo acto…algo horripilante empeora el tono y el enfoque de la obra…algo que no se debe revelar en una crítica…y por eso, algo que no voy a admitir. Para estos hombres, casi no hay compasión, pero sí hay castigo y culpa duradera. Uno de los cuatro hombres retratos tan cuidadosamente por el dramaturgo admite somos enfermos …pero no hay ninguna pastilla ni inyección ni consejo que puede curar esta enfermedad.
La actuación de parte de cada miembro del elenco es uniformemente superlativa…por eso, no se puede ni se debe señalar a ninguno de los actores específicamente. Cada uno tiene su momento para expresar sus emociones, de explotar, de vaciar su cerebro y su ser… y lo hacen de una manera espléndida. Con dirección astuta y fervorosa de Pam MacKinnon, Downstate es una obra que ver, apreciar y saborear…por difícil que sea.
Downstate, en cartelera en el Playwrights Horizons/Mainstage, 416 de la calle cuarenta y dos oeste, Nueva York. Funciones hasta el siete de enero con el siguiente horario para la última semana de diciembre: martes, miércoles y jueves, a las siete; viernes, a las ocho; sábado, a las dos y media y las ocho. Boletos: $61 a $101, disponibles al 212.279.4200, al tickets@phnyc.org o en la taquilla del teatro de las dos a las seis.