“Maybe Happy Ending” es extraordinario…sin duda alguna
Aunque el título deja una duda, el veredicto es seguro…
¡Es todo un exitazo!
No sabía qué esperar de una obra musical acerca de dos autómatas…una mujer y el otro hombre… quienes se conocen por casualidad, llegan a ser amigos sin querer, amantesn tímidos y esposos enamorados. La obra es algo novedoso en carácter y en trama y su historia dulce cautivará al espectador aún más empedernido. Lo que sí se aprende de esta delicia es que los robots no son tan diferentes de sus contrapartes humanos.
En la obra, los dos robots son personificados por el asombroso Darren Criss (Oliver) y Helen J Shen (Claire). Oliver es un Helper Bot 3 (Adjunta Bot 3) un modelo anticuado pero más durable, pero no tacaracterin competente como su compañerabot Claire quien es un Helper Bot 5, un modelo más moderno, con rascos más modernos, características avanzadas pero menos perdurable…hecho como los aparatos de hoy en día que solo funcionan por un tiempo limitado. Además de su estructura diferente, Oliver es más jovial y menos fatalista, una criatura quien trata de ver lo bueno de la situacion e idear una solución pero Claire se preocupa de todo y acepta los trastornos de su vida sin ser desafiante.
Estos dos seres inhumanos parecen muy humanos y comparten mucho con los seres humanos. Cuando Claire llama a la puerta del apartamenteo de Oliver, buscando recargar su batería, Oliver hace todo lo posible para no contestar…él está satisfecho con comunicar con su amada planta HwaBoon con quien comparte su apartamento…pero al fin, al ver quien está en la puerta, él, horrorizado, la hace entrar pero no quiere nada con ella…por el momento. Después de un tiempo, los dos llegan a ser amigos sin querer, compañeros por necesidad, amantes tímidos y, al fin, amantes y esposos.
En el viaje de su vida, el público se da cuenta de que estos automatas no son muy diferentes de nosotros, cuestionando nuestra razón de ser, la lucidez por la cual buscamos amor y la necesidad de ser acompañado y feliz.
Al din de su vida, cuando ya no se puede recargar su batería, ellos de jubilan y se resignan a poblar un tipo de purgatorio para robots obsoletos o pasados de moda llamado Helper Bot Yards donde languidecen los dias que les quedan. ¡No tan diferente que los ancianos que son confinados a los asilos para ancianos donde pasan sus años de oro!
La produccion física es asombrosamente bella: el director Michael Arden ha creado todo un mundo futurista…pero con los avances tecnológicos de hoy en día, no parece ser un futuro muy lejano. La escenografía de David Laffrey, quien también es responsable por los videos, tiene un marcado tono coreano debido a que la obra está ubicada en Seoul, Korea. Hay mucho uso de luz neón de Ben Stanton cuyas luces coloradas enmarcan escenas o delinean escenas. Hay uso de videos rimbombantes, creados por el Sr Laffrey y George Reeve, que promueve la acción u ofrece detalles adicionales.
La música de Deborah Abramson tiende al jazz, la música preferida por Oliver y su antiguo patrón llamado Josh (interpretado por Marcus Choi quien cumple una variedad de papeles en la obra). De vez en cuando, aparece un cantante Gil Brentley (Dez Duron, de voz rica y sonora) para ejecutar unas canciones reveladoras acerca de los dos personajes personales.
Estos dos robots ofrecen enseñanzas para la raza humana acerca de lo más importante…amar y ser amado. La obra Maybe Happy Ending, en cartelera en el Teatro Belasco, 111 de la calle cuarenta y cuatro oeste. ¡No se la pierdan!